la flaca

Perdiendo el gusto!!!

No tengo, ya sabrás, el mismo gusto de ayer hace una vida, cuando lo dulce se encontraba en mi boca y no en las cosas que probaba, cuando la obsesión por esta vida y el infantil afán por la felicidad, daban ese sabor meloso a cada cosa que hacía!

 

No tengo ya ninguna miel que acompañe cada situación, y he descubierto con más dolor que admiración que en la vida escasean las mieles, y que cuando digo esto la gente tiende a verme como un ser que necesita ayuda... ¡la lastima siempre habla más de la persona que la siente! 

 

Cuando por fin mi paladar comienza a madurar y trae consigo todos los matices entre lo dulce y lo amargo, ellos piensan que necesito ayuda, será que ese placebo de la dulzura les va acostumbrando el paladar y al final la vida se les torna un racimo de oraciones.

 

Una vez me dijeron que huyera del nihilismo, cosa peligrosa es perder la esperanza, hoy me doy cuenta que el idealismo es peor porque se vive bajo el sabor de la esperanza, el que espera no lucha… y todo tiene ese sabor dulcete del quizás…

 

La vida no es dulce ni amarga en sí misma, tené en cuenta que  el gusto va más allá de los sentidos, y el placer en lo amargo de las cosas casi siempre consiste en entenderlas, por eso les dije a los que me tenían lastima ¡se puede ser feliz en un charco de amarguras… pero en las cuencas dulces de la ignorancia siempre se es un iluso indiferente!