No detengas tu paso en el camino
lamentando fracasos del pasado,
es la vida lo mismo que un casino
donde ganas o sales desplumado.
Si te hieren del cactus sus espinas
has de hallar de los sándalos aromas,
nunca pienses que solo existen ruinas
pues existen las luces policromas.
Mira el sol que lo cubre la neblina
siempre tiene su faro bien prendido,
aunque niebla su luz la difumina
siempre brilla su anillo enrojecido.
Si la noche la ves aterradora
y te llenan sus sombras de temores,
el mañana vendrá con nueva aurora
que le ofrece a tus días sus fulgores.
Nunca pienses que penas te han vencido
busca siempre el valor y la entereza,
como el roble, que enhiesto y decidido
desafía del tiempo su crudeza.
Este mundo debemos enfrentarlo
con la fuerte coraza del guerrero,
con la fuerza de fe podrás cruzarlo
sin temer a los riscos del sendero.
Aunque oscuro parezca tu destino
siempre habrá de brillar alguna estrella,
solo aparta las piedras del camino
y verás que la vida es gran centella.
Siempre lucha con frente bien erguida
empapada de nobles sentimientos,
la corona del lauro es conseguida
cuando llevas la furia de los vientos.
Autor: Aníbal Rodríguez.