Esteban Mario Couceyro

Sinfonía otoñal

Estoy sentado

la melodía del cello

lleva mis sentimientos

por adormecidos recuerdos

algunos tan triviales, ya olvidados

como esa vez que tomaste mi mano

para saltar la pequeña charca.

 

Al venir hacia mi, las miradas fueron una

un instante, preludió el beso

desesperado como un náufrago

al respirar desde la profundidad.

 

La eternidad del beso

hizo el universo nuevo

y nuestras manos, fueron estrellas

iluminando la nada.

 

Hasta que el tiempo

fue pasando y los cielos

ya no fueron nuevos

ni estrellas nuestras manos.

 

Solo ha quedado la mirada

a la espera de otro beso.