Renata Jaramillo

Nadie

ya nadie se detiene a ver las pequeñas cosas que nos entrega la naturaleza, todos estamos demasiado inmersos en nuestras labores olvidando que fuera hay un mundo con lugares que esperan ser explorados, con aves que desean ser observadas llamando la atención con sus hermosos cantos pero al igual que las hojas que caen de los árboles son ignoradas por el insensible humano, nos estámos convirtiendo en máquinas, máquinas que ya no disfrutan de la brisa proveniente del mar en sus rostros.
¿De qué nos sirve tener reloj si no tenemos tiempo?