Monroy Gemio Pedro

A LOMOS DE CUALQUIER ESTROFA (ESCRITO POR MI QUERIDA HIJA) TE QUIERO Y TE HECHO DE MENOS MI NIÑA


Aunque me queda con sabor a cielo
este barro,
y el mundo sin gente
a este lado,
aun me esperan de inmensidad estrecha
los libros,
y de resbalados recuerdos
los rios.
Aun contengo a la paciencia
en el espacio suspendida.
Y entre los versos
derramándose a la despedida.
Aun puedo caminar
al filo de la brisa,
y recrear con el aliento de un llanto,
la risa.
Y continuo secando afanada a la lluvia,
mirando de versos suicidas, cadavericas lunas.
más ya no me contoneo sobre ningun momento preciso.
Ni camino senda alguna.
No necesito retomar el tiempo y el espacio,
atrás, atrás...
...hacia una patria arrancada,
un gesto lucido,
una voz borracha.
Pues surjo de mil instantes
y emerjo de ningun lugar.
Cabalgo sobre palabras desbocadas
que se salen del renglon,
que van cayendo en la hierba
y tramándome en un monton.
Y soy feliz entre hogueras
de palabras derrochadas,
de firmes horizontes,
de esperanza quebrada.
Feliz bajo la inspiración confirmada,
la aroñanza atada,
el terso recuerdo,
la curtida mirada.
Soy feliz entre las huellas
que arrastra la voz.
Feliz entre el gemido o el regodeo
que pueda con lento deleite,
mecer mi pluma.
Soy feliz bajo el silencio indeble
y a lomos de cualquier estrofa.
Feliz por arrancar
limites del especio
y poder aun
seguir cayendo en pedazos.
Y pretendo seguir viajando
por mis llanuras
de papel y barro.
Desgarrando notas lugubres,
liberando alejados andares,
encadenando pétalos de cien octubres,
cautivando imperiosos mares,
haciendo de los pajaros sin tierra,
cantares.
Y si desde este trayecto
lo bueno no alcanza a tocarme,
aun escribire mas versos
desmarrados en tintas
y abismos.
Sin caerme,
sin abrirme
e intentando no culminar.
Versos de prisa y poniente.
Fuertes, puros, valientes.
que desbaraten
lamentos y desesperación.
Que atraviesen mi carne
y aun mas allá de ella,
a mi.
Para no ceder,
para no mirar,
para no retorcer.
Para no anochecer o amanecer en exceso.
Y asi, no caer,
en la miseria de los ricos.
Y asi, no caer
en la torpeza de los listos.
Y para ello, preciso tan solo;
En los hojos,
mi aliento temblando.
Entre los dedos,
la tinta brotando.
Y bajo ellos,
mi furor cabalgando.
Levantar el semblante,
alzar la mirada
y seguir cantando.
En la quietud
de la llaga,
en el tumulto
de um paso...
...seguir cantando

 

AUTORA MERCHE MONROY FERNANDEZ