Teodocio Potes

CUANDO LOS VIEJOS SON ESTORBO

Viejos mis huesos y mis sueños

viejas mis carnes e ilusiones,

pobres mis fuerzas e intenciones,

mas no pobres por viejo

mis profundas convicciones,

como esa que defiende la conciencia

de no ser inútil y tonto por lo añejo,

de no ser estorbo para los demás en sus acciones.

 

Joven otrora también fui

como lo eres tu en este momento.

Y como tu, fui dueño del mundo y del futuro,

amo y señor de mi destino,

con el pecho inflamado como los Lores,

merecedor del mas grande monumento,

sin ganarme el honor de tantas flores.

 

Pero a diferencia

de lo que expresas tu con el lamento

de tener que tolerar  a tanto viejo cansado,

yo a tu edad les tenia un gran respeto,

pues convencido estaba por fortuna

que lo que me legaban

lo habían amasado con sudor desde la cuna.

 

¿Quién eres tu joven imberbe?

¿Qué privilegio tienes con el veloz paso del tiempo

y con la muerte ?

¿Qué ladrillo del edificio social hoy construido

ha sido colocado por tus manos?

¿Qué garantía hay de que mas tarde

reconstruyas el mundo

que, según dices, imperfecto e inmundo te legamos?

Puedes reconstruirlo, claro esta,

puedes hacerlo,

y aun mas, ¡tienes que hacerlo !

Pero hasta tanto no lo hagas,

no señales la inutilidad de los que al mundo

antes que tu llegamos.

 

En tus jóvenes manos se anida la fuerza potencial, transformadora,

que te permite moldear la realidad que necesitas.

Mas, acusando a quienes ya nos vamos,

despreciando al anciano por sus años,

no lo conseguirás, !esfuerzo vano ¡

Solo lograrás que alguien mas joven que tu

de aquí a mañana,

deposite en ti este mismo odio gratuito,

con la desventaja de que no comprenderás

el origen de su saña.