Rosa Maria Reeder

El pan del cielo

            Las risueñas auroras perfuman
dulcemente su nombre
expira el aliento celeste
y el azul se desvanece
vestido de la madurez del paraiso
y en lenguas antiguas
el pan del cielo
se tiñe de eterno y bendito.

Pinten los ríos de cristal
los pájaros de dorados
que las flores danzen en alabanzas divinas
los cirios de flama santa
y todos los santos lleguen gozando
de sus mansiones de mármol.

Las vestiduras de seda radiante
arropan a los santos,
cantan y adoran
con sus cantos celestiales.

El pan del cielo está en la oración
va nutriendo los pasos del servidor
nace un santo, un ángel luz de Dios
y gozan de la gloria de nuestro creador.      

 

 

Rosa Maria Reeder

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