Rosa Maria Reeder

Señor, mi luz, mi estrella

Señor en tu sonrisa vivo
cuando tu me llamas estrella
y es luz y fulgor decir
cada una de sus letras.

Señor en tu pecho descanso
como blanca paloma
y nuestros brazos
son un destello de caricia
de la luz y el aire.

Señor en tus ojos santos
hay bendición
que desciende entre las nubes
quedando mi rostro melancólico
mirando al cielo.

Señor en tu gran sabiduría
encuentro la verdad
que mansamente
me desmaya
y te beso en cada sílaba
y de ahí bebo de tu alabanza.

Señor eres la nota gloriosa
que danza en mis oídos
de un amor divino
que se junta en mi boca
por mi buena estrella.


Señor hoy quedo prendida
de la rosa
del aceite de su aroma
que viene de ti
y refleja en mi mente
el rayo de tu espíritu
que vibra en mi sangre
como una armonía
que lucha con frenesí amando tus pasos.        

 


Rosa Maria Reeder

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