Tengo en mis manos una foto.
No es cualquiera, es esa en la que se me ve sonriente, irradiando felicidad.
Fue tomada hace un año pero ese tiempo era un poco inocente porque no sabía lo falsa que pueden ser algunas personas.
A mi lado se encuentran dos impostores, traidores. O como solía llamarlos: amigos.
Puede que hace unos años entre nosotros hubiera una amistad, pero ahora solo quedan recuerdos empañados por traición y mentira…
Todavía al verme me reglan sus más falsas sonrisas.
Yo por el contrario he aprendido a reconocer las mentiras.
El camino ha sido largo y lleno de rocas pero luego de muchos kilómetros, golpes y espinas he encontrado hermosas rosas.
Nada me detiene… Vuelo libre.
De ahora en adelante quien traicione mi confianza no soportara su misma existencia.
Porque puedo reducirla a soledad y miseria…
Por eso tomate el tiempo en conocerme y así sabrás con quien te metes.