En mi insomnio tenaz y silencioso
va mi mente volando por los mundos,
y pregunto al \"Señor\" tan generoso
porque admite dolores tan profundos.
Todos hablan de luz incomparable
con bondades tan grandes y plausibles;
¿Si tu amor es la fuerza mas confiable
porque existen maldades tan terribles?
Miles niños que sufren hambre y frío
y los pueblos con crueles tiranías;
¿Se consume tu gloria en lo sombrío
contemplando las duras agonías?
En tu \"Biblia\"; de gran sabiduría,
dicen eres el rayo de conciencia;
Te pregunto si miras día a día
la miseria tan llena de inclemencia.
Prometiste a tu pueblo israelita
una tierra velada por tus gracias,
mas tu tierra sagrada y tan bendita
es la causa de miles de desgracias.
Tantos años que hiciste tus promesas
y la tierra prosigue con sus penas,
porque entonces maldades no sopesas
y tiranos malditos los cercenas.
Si mandaste a Jesús a liberarnos
pues parece que fue calvario vano,
manda entonces tus huestes a salvarnos
pues tu mundo naufraga en un pantano.
Dicen soy candidato del suplicio,
un hereje rebelde no sumiso,
si la tierra es eterno sacrificio
nada importa perder tu paraíso.
En tu libro se encuentran mil pecados
y me dicen tu hiciste tales leyes;
que condenan a miles desgraciados
mientras dejas que existan negros reyes.
Meditando al mirar las injusticias
yo reclamo me digas la verdad:
Si tus leyes se basan en justicia
donde queda la ley de la equidad?
Autor: Aníbal Rodríguez.