Raiza N. Jiménez E.

Pasajera del camino.-

 


 

A veces no sé quién soy y ni adivino, por dejadez. 
No me acerco a adivinar si soy levedad, frugalidad,
nombre, señalada, mujer o un simple universo oculto.
Quizás sea todo ello, o tal vez, menos o más que eso.
Me detengo a descubrir el espacio vacío de mí y gimo.

¡Mientras habito con éxtasis, caminaré con sosiego!

Toda la externalidad física me atropella y lo siento.
Sé que la contemplación sin emociones no es posible.
Dejo que mi ser se pose en la inmensidad de la nada,
para que esta vida no me ofenda con glorias fatuas y,
para que, los halagos interesados no me envanezcan.

¡Así es esta realidad que me aborda…con penas
!
Muchos dicen conocerme y yo no imagino cómo.
Y me convenzo a ratos, que ello, no es posible.
Hay tantas sombras en la pretensión de estar acá,
que es ignota la forma de llegar a conocer mi alma.
La sola idea me aterra y me deja sin vías viables.

¡Camino por el cielo de esta tierra para reír y extrañar

Sólo tengo claro lo que quiero hacer con mi osera 
cuando trascienda el umbral, para alejarme de esta
vida que llegó a mi sin conciencia de haberla pedido.
Presumo el desfile de sombras oficiosas que acudirán
para indicarme el rumbo hacía el sitio de la llegada.

¡La travesía será el reto de lo incógnito y por conocer!

Raiza N. Jiménez/ 29/06/2016