David Arthur

Ana

 

 

Doncella hermosa Ana, os pido vuestra advertencia,

que no es ninguna obra en nuestro teatro de niñez

y bufonería es la tarea del bufón del rey,

estábamos  siempre cerca y consiguiente os hablo sin rimas,

sino como un amigo, quien os ama con sinceridad

 

Hace tiempo  he guardado en secreto mi amor por vos,

creía que el disparate de perderse uno el corazón

no es un asunto de júbilo, preferible más bien

sea consciente de contemplación

 

Demasiado tarde arrepentido de mis deliberaciones,

aprendí a resolver los acertijos del corazón

valentía mejor ascendencia debe influir,

ya que el amor nunca esta a la conveniencia de uno,

y pasión frecuentemente inadvertida

 

Desposeído de vuestros ojos cristalinos mi corazón los añorará,

ni más poder vos en mis brazos tomar,

y jamás la sensación sensual  a una volta bailar,

cuando labios sin rozar un beso engaña

y deseos detrás de una sonrisa se esconden

 

Un último adiós dulce jóven de Haver,

vuestra suerte dentro de las aulas de Hampton os espera,

atrás de aquellas murallas de mal agüero,

sobre las cuales hiedra y musgo adheridos cual una lapa,

estrangulan sollozos de desgracia de fantasmas

de traición y intriga que ahí vagan.

 

Recogida en plena floración la semilla de un rey a concebir,

os sois la rosa más bella del jardín de Hever,

cuyas espinas y orgullo poco cortés podrían causar

una herida sangrienta, de donde la sangre

el encaje de una gorguera real empapa,

podría ser la vuestra