Alberti Torres

Mariposa de huidas y flores

He vuelto a caminar por las frías guirnaldas

plantadas bajo esos fuegos mortecinos...

Que entre la esencia de las flores de tus danzas

ardía el suelo en cuales pétalos yacimos.

 

Oyendo tus murmurios entre tus canciones,

seguí caminando sobre ellas esperando

recordar memorias de los días y estaciones

que tan buenos momentos atrás fui dejando.

 

Que fueran viejas al sentarnos en el huerto

las historias que cuán rápido me contabas;

entre bravos caballeros fueron creciendo

tardes infinitas que solo tu  saciabas.

 

Y en esa breve eternidad en la que vivimos

las flores fueron las palabras de tus llantos,

pintadas bajo el lienzo de azul marino

que era el cielo, donde las letras fueron cantos.

 

¡Ay! Pero tanto quisiste ser mariposa

que olvidaste tus alas en unos suspiros…

Y tus besos que llenaron la dulce estrofa

con palabras hermosas, con sonetos líricos.

 

Y oculta, mariposa, sé que me esperas…

Aislada de mi mundo en un sin sentido;

que te fuiste sin avisar sin hacer ruido

dejando un rastro de tus lágrimas esbeltas.

 

Y que ahora, perdidas en los vastos vientos

puede que allí te encuentre, deambulando

entre finas capas de desdicha o lamentos,

o tal vez en tus más agónicos pensamientos…

Donde tu juicio y tu razón se van nublando.

 

Solo pido encontrarnos una tarde de invierno

cuando el abrigo que lleves tu cuerpo ciña,

o cuando la nieve navideña de diciembre

cubra los pastos y también la campiña.

 

Y poder volver al campo y a sus flores…

Siempre congeladas por tu lánguida ausencia.

¿No recuerdas, mariposa, nuestras canciones?

¡Esas que sonaban tan bien en tu presencia!

Pero ya no son más que meras ilusiones…

Perdidas por los años de tu decadencia

que se fueron huyendo en armas tomar.

 

Estos versos no terminan aquí;

no tienen final no tienen inicio...

podría seguir con estrofas infinitas

sobre tu rostro insólito y ambiguo…

Que tan perfecto ha llegado a ser

Que las letras temblaban al describirlo.

Pero el tiempo se me cierne encima…

Con devotos tic-tac impidiéndome continuar…

tengo que dejar el papel y la tinta,

Aquí, este fragmento, debo finalizar.

Psno: Alberti Torres