damarys rodriguez

MICROBIO

 

Usted, que se cree omnipotente, el mas grande del mundo, el que nadie puede igualar ni superar, el que se cree de sangre azul y mejor que el mismísimo Dios; Pues a usted le hago una cordial invitación, sitúe su bizantino cuerpo debajo del cielo de un desierto, o una montaña (claro si su ropa y zapatos de marca se lo permiten), o mas fácil para usted, escoja cualquier lugar de su ciudad…

-ahora mire hacia arriba

-lo primero que vera será el cielo

-luego la luz brillante del sol

-no podrá ver mas allá porque “no puede”

 

-piense en el universo y todo lo que le rodea, la galaxia, los planetas, las cantidad de estrellas que habitan en ese cielo que se formo años y años antes que usted.

 

Empezando por allí.

 

¿Logro imaginar eso?

Imagine la inmensidad de Dios, el creador del mundo donde usted vive y el creador de todo lo que a usted le rodea.

 

-mírese a usted mismo y vuelva a mirar el cielo, y dese cuenta cuan pequeño es usted, que tan insignificante, es algo así como un microbio, una bacteria que destruye por dentro y por fuera, pero vive en un cuerpo que se autodestruirá si no se limpia a tiempo, algo que no puede ser mejor que nadie.

 

 Pues nuestro creador nos hizo iguales a todos, fue usted quien decidió ser distinto y creerse mejor que los demás, sin saber que el mundo donde usted vive da muchos giros y nunca se sabe como terminaran sus días.

 

Hoy a quien usted pisotea, será el que lo ayudará a levantarse cuando este en el suelo, y lo hará sin humillarlo, y sentirá dolor y un profundo sentimiento de tristeza y melancolía, pues allí se dará cuenta que su sangre no es azul, es roja como la de los demás, se dará cuenta que nunca fue mejor que nadie.

 

No por tener posibilidades de conseguir lo que ha querido lo hizo o lo hace mejor que otros, NO, pues en el camino todo se consigue y en ese mismo camino todo se pierde.

 

Cuando esta arriba es tal vez mejor que y bueno para muchos, y por eso su actitud, pero al caer se dará cuenta que la mayoría de esa gente que creía ser sus discípulos simplemente eran unas cuerdas de hipócritas e interesados.

 

Le vuelvo hacer otra invitación, esta mas formal.

 

Evalúese por dentro, y piense en el valor de sus valores, sus principios, su moral.

 

Ponga en una balanza su ego y su humildad. ¿Quién pesa más? ¿Quién pesa menos? ¡Sorprendente!

 

Ahora en la misma balanza ponga a los que piense que son sus verdaderos amigos incluyendo a su familia, y en otro lado a los que los sigue solo por interés y usted lo sabe;

¿Quién pesa más? ¿Quién pesa menos? ¡Sorprendente!

 

 

piense en las aves, que su tamaño no les limita ser quienes son, seres vivos capaces de ser felices con lo poco que les ofrece la naturaleza, por mas pequeños que sean, son mas felices que usted, porque el ave es libre, canta sin cesar sin importarte nada, se moja en la lluvia cuantas veces llueva, vuela sin tropiezos y sin miedo, se posa donde quiera, llega lo mas alto que se le sea posible y vuelve a bajar y aun así sigue siendo un ave, no se cree Dios ni mejor que usted, aunque lo ultimo pueda que si sea así.