J.R.Infante

Despuntaba

 

Despuntaba el canto del mirlo

mientras yo me hallaba preso

de tus sonrosados labios,

era la brisa marina,

viajera tierra adentro,

la que aliviaba el sopor

de una noche de torso desnudo

y tú seguías ahí, enmudecida,

apretando tu mano contra la mía.

Charles Chaplin miraba

por el ojo de la cerradura,

de repente un martilleo

-sonido de latón concentrado

en una esfera –

me deja tragando moscas

y oliendo a pelo de gato.

¿Dónde estoy?

¿Soy aquel o éste?.

¿Tengo que pisar tierra firme

o continuar navegando

por recónditos océanos?.

¿Porqué a las sieteimedia

he de contar sobres descafeinados

hoy que ejerzo de

Peter Pam y no de Capitán Garfio?

Con mi mano, la apretada,

palpo el borde de mis labios

-sabor a corcho -,

luces y sombras se pelean

por el dominio de la estancia.