Mujer Nagual

Andando en pies

De a pasitos crujientes 

otoño ocultas el tránsito

de los fuegos ardientes

que se encienden en invierno.

 

Los polos se abren,

para que uno pase,

mira agradece sigue.

 

Junta ramas para tu aldea

una a una,

de eso hay manos que hablan

sujetate.

 

Agarra fuerte esa liana

muerde lento ese jugo

deja que aflore

manche tu color.

 

Mira como te diluyes

siempre ahí temiendo desaparecer

en una incertidumbre sin valor...

el coraje.

 

Sigues oyendo las hojas

suenan unas con otras

es el viento sur

que te tira al norte.

 

Brújulas pidieron para localizarte

bebiendo una gota más de tu lujuria infantil

mientras seguías mascando tu coca.

 

No corrijas esta historia,

por favor, 

ya no juzgues

quien intenta con palabras excusarse

de esta existencia donde se prevalece

en la consciencia.

 

Atención,

hay espinas en las de tu chacra,

detente a observar ese espiral de flor,

puntas de flechas,

silbidos del monte,

carnavales silenciosos acechan.

 

Tu mirada no cuenta,

pero narra,

mi errante viaje por tu cabeza de maíz.

 

Como milagros

desayuno poesías

derramo en mi tierra

el dulce néctar

de la sangre...

 

De rodillas,

rozo cada pasto,

me susurran tu nombre.

 Rezo que te rezo,

me salen las manos del pecho

a arrullar la miseria,

travesía.