Latino

Profecía de lo cotidiano

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Soy el Delfos del hoy.

Mi profecía es el trabajo de las horas presentes.

Acumulo oráculos hasta el próximo salario;

y el templo de la quincena me dice que es elástico

solo el precio de las compras.

Soy profético de mi propio esfuerzo

porque sé cuánto resisto:

Pitón queda tendida en los recibos cancelados

y es apolínea esta victoria de las facturas…

 

Me profetizo la paga cada quincena

y el cobro de un recibo de la luz cada mes

- eso es fijo –

unido a otra cuenta por el servicio de cable

una por el agua que me tomo

y otra todavía por las llamadas telefónicas.

Soy altamente profético en el hoy.

 

Me profetizo una vida dedicada al trabajo,

a unos hijos que cuidar y alimentar, mientras crezcan

y talvez más allá –uno nunca sabe-;

una esposa más casera que una mecedora.

una poesía que me rebasa la intención

y una amiga como esas que manda Dios.

 

Me profetizo monedas para el autobús

o para el metro – es lo mismo-

para una miqueta en la cafetería del empleo

unas rosquillas a mitad de la tarde

y quizá un billete para los sellos de la colección.

 

Y casi me profetizo que algunos años

después de jubilado, me pensionaré

definitivamente…

 

Te profetizo…