Rodrigo Anta

Nada.

Desprevenido, como siempre

Me preguntó: ¿En que piensas?

yo, con lengua de trapo,

 

y aun sabiendo que era ella,

todo lo que me inundaba,

todo lo que quería.

 

Una vez mas,

allí sentados, en esa terraza

 

la mentí.