Edmundo Rodriguez

MIS OJOS CONFIRMABAN , EL AMOR INFINITO

Vi un extenso bosque , 

que despertaba de una larga noche , 

que le habìa maltratado toda su naturalidad , 

que sabe multiplicarse sin estorbarse . 

 

La mano codiciosa del ser humano , 

lo habìa agotado , 

y todos sus seres casi extinguidos , 

confundidos recorrìan sin refugio , 

lo que antes era . 

 

Y yo , 

con gran tristeza recibìa la brisa càlida 

en mi rostro , 

extrañando aquella , 

que habìa perdido su frescura . 

 

Pero sabia la vida , 

el codicioso hombre , 

se habìa extinguido , 

y solo quedaba las huellas , 

de su arquitectura abusiva .

 

Que iba cada dìa derrumbàndose , 

sin la gloria permanente de la creaciòn . 

 

Al despertar , 

me volvì encontrar con el canto de las aves , 

que de prisa volaban , 

llevando en sus picos , 

el alimento para sus crìas . 

 

Y asì vi pasar muchas centurias , 

y luego el amanecer , 

màs sabio del ser humano , 

que daba gracias a su Creador , 

por las riquezas , 

que gozaba en esta nueva tierra . 

 

Y una voz escuchè , 

diciendo , 

conservad con amor , 

lo que les concedo .