Samuel Santana

Atracción

 

Un verano en la mañana caminaba ella

por las arenas del mar.

De pronto, el olor de su piel inquietó a las olas.

Olvidando los barcos, los navíos,

los piratas y pesqueros,

en tropel llegaron arañando

en desesperación la

espalda de las aguas y

vestidas de blanco y azul.

 

Acompañadas de gaviotas

tocaron arpas y compusieron versos.

También asistieron estrellitas amarillas,

un caracol, musgos profundos y

un alegre y delicado caballito de plata.

 

Fulminadas por la pasión,

se enredaron en  sus pies,

en sus muslos de marfil,

en el ombligo de taza, 

en el vasto pecho y

en el pelo de medusa.

 

Y cuando se marcharon,

en sus labios ondulados dejaron el

recuerdo de la sal de sus amores y

 corazones alborotados sobre la

celosa arena mojada.