Marah

Capucha que me eleva

Supiste de tarot y sortilegio,

fue donde me quedé caperuzada,

es cierto que me das el privilegio

de darle a la tiniebla…la alborada.

 

Capucha que es mi altar, castillo regio,

no existe en mi pirámide ya nada

que dé la buena imagen y el arpegio

del beso que me eleve cual un hada.

 

¡No siento en el camino las espinas,

tus besos ya no tienen intervalo,

 son cuánticos igual a cuando llueve!

 

¡Con cuántas certitudes me adivinas:

 soy poma ya madura si resbalo

pues caigo en el cojín de tu relieve!