Sergio Jacobo "el poeta irreverente"

¡ME VALE MADRE!

 

No sé el lugar en que decaiga el tiempo

cuando el camino se turba en la simiente

pero el sendero que busco… ¡se detiene!

(y me siento entonces como el ciego)

Que se guía simplemente como el viento.

 

Entonces me incorporo de la cama

sabiendo  -que es igual día tras día-

y me gana la risa más que el llanto

pues al mirarme en el espejo

                       veo mi sombra

optimista quizás

                         sin triste abrigo.

 

…que buena es la desdicha que me entiende

vencí a la soledad y estoy alegre

(ni el diablo me conmueve con su trinche)

Si es pecado gritar…¡me vale madre!

Mientras mi corazón no se acobarde.