Marah

No vengas a invitarme

No vengas a invitarme trayendo el mismo vaso

de ortiga, filodentro…ni el látex de oxiacanta.

¿No ves en mis jardines el verso del parnaso

en aras de evitar un cáncer de garganta.

 

El cuadro tuyo es gótico, la tumba del ocaso…

del Tártalo es tu veste, chaleco que me espanta.

¿No ves que mis vasijas de viña las envaso:

son néctares de vida de muy copiosa planta?

 

Repito muy sensata: no quiero que convides

a un vino cuya música da el son cantamañana,

prefiero un sorbo dulce, barato de las vides,

 

que estar a espera de una retórica tan vana.

¡Si no entiendes mi copla de vid y de avellana

retírate a otro lado…no entiendo lo que pides…!

 

 

 

acíbar, filodentro; plantas venenosas

Tártaro: es tanto una deidad como un lugar del inframundo griego