Florecen las semillas en el suelo arado
bajo tus pies, viven del rocío que el aire
condensado provoca en forma de gotitas
que suceden lentamente.
Surge en nuestros ojos el gusto
esmerado del querer mirarte y que
me mires.
El sol nos abraza y más tarde se oculta
entre nosotros. Febrilmente, declaro
amar quererte y querer amarte con la
misma libertad.
La ventisca sopla fuerte y
hace danzar nuestros ojos:
Así...
Aumentamos cada
segundo en minutos,
minutos en horas y
días; el gusto por
nosotros y la voluntad.
El amor por la vida
y la vida con palabras.
Multiplicamos el
amor por sonrisas
y obramos una
nuestra.
Por el silencio que
dice más de ti
que tú, y que yo...
de mí.
Por tus pasos
lentos por mi prisa.
Por los secretos
en las noches claras
que destellan
nuestros cuerpos.
Por tus sueños
cabales en el
campo de tu
ejercicio, que
liberan mis ganas
de compartir
contigo tus ganas.
Por tus manos
suaves construyendo
mi universo.
Por tus saberes
que dictan aprendizaje
a comprensión sin memoria.
Por tu ojos en
el punto del reloj.
Por tus gestos,
por el eco de tu voz.
Por tus cabellos
largos y lustrados
y por tu belleza
que no se transcribe.
Los árboles afables despiden cada gota
de agua que por sus hojas resbalan hasta
llegar al suelo.
Se aúna útilmente mi vida a tu vida y no
pido más que estar contigo.