lemos maximiliano

La brisa en Venecia

 

La luna en el agua, el remo que abraza,
la brisa y la calma del nocturno roce de los cuerpos.
Las estrellas hacen paso al bote que perdido
confundió el cielo con el suelo, de azules parecidos.


La brisa en Venecia acaricia como tus dedos.
Mi espalda luce como el muro de la esquina abandonada,
y este cuerpo ya vencido va flotando entre la niebla,
y revive con el roce de tus yemas, dulce brisa de Venecia.


La noche se hace intensa cuando encuentro tus palabras,
tu perfume que juega a confundir mis sentidos,
y ese cuerpo que aunque estático es danzante,
derrite los glaciares que se encierran en mis ojos.


Y lloro en la brisa, es Venecia mi sueño,
lloro de alegría al ver la niebla espesa y la silueta llegando,
es que en Venecia la brisa acaricia mi cuerpo,
borrando las marcas de las más profundas heridas.

 

 Lemos Maximiliano Daniel
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