Ponciano Luna

De Amor, Tiempo y Miedo

El amor no es cuestión de tiempo, no obedece a la razón o a la conveniencia.


El amor es un niño que hay que educar, hay que alimentar, hay que ayudarlo a crecer. Si lo ignoras, si intentas darle una lógica, no podrá sobrevivir.

El amor se siente porque esta vivo, no es un sentimiento solamente, late, sonríe, juega y a veces te enfada pero nunca te deja si tu no lo olvidas.

Amar no es cosa de sentido común, ocurre y ya, no importa que sean dos meses que conoces a una persona, si el corazón lo siente, es real.

Existen personas que conoces de mucho tiempo, y las quieres claro, por costumbre o a fuerza de compartir momentos, pero no llegas a amarlas, son gente que vivió contigo algo importante pero no más.

Amar es la única condición que tenemos para saber que estamos vivos, porque el amor es miedo, el amor es indecisión, el amor es duda, el amor es incertidumbre por la expectativa que creas en tu mente sobre lo que debe sentir tu corazón siendo que debe ser lo contrario, pensar con el corazón lo que la mente debe sentir.

Que cómodo es estar sólo, sin la preocupación de procurar a alguien ni tener la necesidad de hablarle o verle, pero que insulsa es esa comodidad, vacía e inerte.

El amor es eso, un niño con pánico, no de quedarse solo o perder a alguien, no. Sino pánico de no sentir nada, de no amar. Miedo de dormir eternamente en esa comodidad sin mirar a la persona que es tan especial para ti y que no buscaste pero te encontró; que llegó a tu mundo sin esperarlo y nació de una manera tan sutil que ni cuenta te diste. A ese niño hay que arroparlo por la noche y espantar los monstruos del closet con la confianza diaria; despertarlo con una sonrisa en la mañana y ofrecerle las palabras de aliento que ha de ocupar todo el día; alimentarlo con cariño y honestidad para que se fortalezca, no de cuerpo, sino del alma.

Amar no es cuestión de tiempo, solo de vivir intensamente lo que sientes... sin miedo.