Su manera de actuar hace que admire
el modo de bailar mientras le canto,
su salero me obliga a que la mire
¿y hasta a veces?, incluso me levanto.
No es raro que por ella yo suspire
Y salga algún olé de tanto en tanto
¿con sus ojos? ¡por Dios, me solivianto!
son la causa y motivo que delire.
Sus caderas me roban el sentido,
cada vez que aparecen en escena
ya nada de mi cuerpo se serena.
Con su rumba me tiene poseído,
ataca con sus armas ,mi sirena,
con arte, corazón y piel morena.