FERNANDO CARDONA

SANGRE EN LA ARENA

Sangre en la arena

 

Ya viene el toro bravío,

Que pastó cuatro años libre

Exhibiendo su trapío,

Y asustado como liebre

Fuera de su madriguera

Ante el burdo griterío

De los tendidos que arengan.

 

Corre veloz como el viento

Y arremete como fiera

Contra la figura regia

Del matador siempre atento,

Que lo reta desde el centro

Del redondel en la arena.

 

Humilla muy bien el toro

Al embestir con fiereza

Contra el escarlata rojo

Del capote que atrinchera

Al diestro que con presteza

Hace el quite a los pitones

Arrancando fieros oles

A la plaza que ya empieza

A demostrar que es más fiera

Que el toro que está en la arena.

 

Vienen otras embestidas

Cada vez mas calidosas

En las que toro y torero

Muestran posturas garbosas

Y con verónicas largas

El toro va  al picadero

Donde al tercio de las varas

Da comienzo el picador

Quien con su punzante acero

Hace desigual la acción,

Pues el toro ya está herido

Pero indemne está el torero.

 

Uno, dos, tres empujones

De la pica rasgan carnes

Y borbotones de sangre

Diezman fuerza al animal.

 

Vuelve otra vez a la arena

Por el capote tentado

Mientras roja herida quema

El morrillo del astado.

 

Desde el burladero emerge

Sádico el banderillero,

Quien reta y otra vez hiere

Al toro que se estremece

Y es cada vez menos fiero.

 

El torito esta diezmado,

Con dificultad respira,

Y el diestro envalentonado

Casi con desprecio mira

Al animal que se aquieta

Intentando tomar aire,

Mientras que cual marioneta

Manejada por la cuerda

Del aplauso y el olé,

El verdugo de payaso

Multicolor revestido,

Pavonea con donaire

Su cuerpo esbelto y erguido,

Celebrando ya el fracaso

Del animal que vencido,

Sangra y respira despacio.

 

Arengado a que arremeta

El toro embiste feroz,

Pero ya es menos veloz

Su paso ante la  muleta,

Sin embargo da ocasión

A que se luzca engreído

El torero que así logra

Molinetes, chicuelinas

Y toda suerte de pases

Que arrancan loca ovación

A las pandilla taurina.

 

La fiera que ya no es fiera,

Pues sangre y aire le faltan,

Boca abierta, lengua fuera

Y babaza que atraganta,

Humillada está en  el centro

De la arena ensangrentada,

Y entonces va por la espada

El muy aplaudido diestro,

Para dar por terminada

La vergonzosa faena

Que termina con el crimen

De un inocente

En la arena

 

fernandoelgrande