Hector Adolfo Campa

Silenciador

Como bala de escopeta entre las brasas,
con los perdigones enfervesciendo por salir,
se abultan las burbujas enardecidas en mi pecho.
Reviento, estallo: estruendo al disparo de reír
el irrisible absurdo, la inestable sencillez;
grito, desgarro: resonando al silencio de vivir
el inaccesible aliento, la inexorable lucidez.

Un humo sale de agujeros en las paredes,
en los cuerpos, la iris y tímpano expectante,
Se escurre la sangre de mi alma evaporada
enterrada en las grietas del zumbido estridente.

El eco brinca por los tejados
por encima del cobre-dorado derrochar vespertino.
El silencio se inca sonrojado,
por la torcida faena del que grita sin sonido emitir.