carlos obeso

Al amparo de la noche

Cuando el sol se apaga

se encienden los instintos reprimidos

La libertad que nos roba el día

es devuelta de noche en su justa medida

La insufrible monotonía

se transforma en vesánico apetito;

elixir que penetra en las venas

y acelera nuestra osadía

Los dioses duermen cobardes

para no ver en nosotros sus errores,

para no tener que juzgarlos.

Por eso de noche no existen pecados

tan solo actos mal interpretados

o deseos por fin realizados,

que al llegar el día pierden su encanto.

Así, al amparo de la noche,

lo imposible se vuelve probable

y lo prohibido, indispensable