Mujer Nagual

Mambeado

Ella decía y yo escuchaba que la memoria está en las nubes porque no me importa que me digas sólo escucho cómo tu cuerpo se levanta,

dejando tanta farsa en un ramillete de flores blancas que doy a tu mirada para que entienda que no hay soluciones a la venta,

cuando el tiempo del ciclo natural habla hay que esperar quizás cuatro estaciones para avanzar con confianza.

Eso es firmeza en el corazón te tocas con la mano en el pecho,

pero está donde estas vos entero no me importa tampoco dónde,

la luz yo la extraigo como dulce néctar de un acertijo de telaraña.

Estamos bambeados por la lujuria del tiempo en un pene que desliza existencia,

pero no hay nada que me interese tampoc de eso,

sólo busco salirme del correo iluso del odio y el rencor.

No puedo caer más hondo que este pozo claro,

camina mi espíritu pidiendo que nos abran la puerta hacia mi cura,

así puedo cortar la cabeza de ese dragón y pulir tus alas.

Porque en mí hay en ti,

no tengo ganas de generar disecadas muestras del horror,

porque un don divino florece en la tierra cuando hay silencio y uno observa,

detalla la vista con el corazón,

el dolor es el mayor enseñante del mundo,

porque no se pare de lo que fue hoy.

Tenerse en fijo que estarse claro es lo mejor 

para caminar y andar lento o rápido

guerrero ruge sin miedos en la silla de enfrente,

donde da su charla y se retira porque no importó nunca.

Sólo libertad libre el lugrebe fuego de no importar,

de no fingir,

de no estar,

no sé, que más,

no me interesa tampoco.