Jesus Alejandro Reina

Soneto en V

Vívida dama  ¡noche del  estro en miel creado!

Trópico a  piel escarcha, meandros avellana

que recorren mis dedos  torpes. Cara lozana

y pulcra, como un ángel que danza obnubilado.

 

 Ángel de luz, divino  placer de labio perlado,  

creación diamantina de horizonte avellana.

Llena mis pasos fríos, mi tumbo en  gris  mañana

Con prodigios sutiles de tu pecho sagrado.

 

Enciende los minutos macabros  de este averno

en que sangra mi verso, como un eco sombrío …

lento, sin forma, escueto, como hielo azul infierno.

 

Devuélveme las paces, devuélveme el estío

Que olvidé tras el paso nebuloso en invierno

Del demonio de arena que se duerme en mi brío.