Paso los días suspirando en la ventana, 
soy un soñador de románticas quimeras,
dueño de esperanzas imperecederas
por verte de nuevo aparecer una mañana.
Impreciso al decir y de sombra lejana, 
de suave susurro y risas altaneras,
de letras suaves y a veces ligeras
que alimentan mi esperanza vana.
Aspiro a que llegues y disipes mi tristeza,
pretendo día a día llegar a conocerte 
y a ser pensamiento en tu cabeza. 
Ven a mí, mujer, que sólo por verte,
llenas mi mundo de gloriosa belleza
y brindas a mi destino la mejor suerte.