Poeta sin alma

Íntima y frágil, suave y primorosa,
recostada a mi lado, así te pienso,
como aquel abrazo de amor intenso 
que hizo florecer en mi una rosa.

El brillo de tu cabellera luminosa
aumento mi ardor y dejó indefenso,
entraste en mí como intimo incienso
purificando mi alma temerosa.

Tú borraste toda incertidumbre
y arrancaste espina tras espina
que en mi causaban pesadumbre.

Ahora mi sombra junto a la tuya camina, 
hasta juntos alcanzar del amor la cumbre
donde nuestra alma ante Dios se inclina.