Santiago Miranda

Visitas casuales

Ábrete para mí
majestuosa arcada
portal de la oscura, húmeda
bóveda del caldero primigenio

 

Barquero, escarmenta mi deseo
en la casa de la noche, palidezco
tras este pabellón estrecho
por los Jueves prefiero: la muerte

 

Encontrarás; miel y leche sobre el cuerno
tú; música resuenas estas trémulas paredes
donde las burbujas de aire, carnosas
se revientan contra las rocas del suicidio

 

Sésamo y semilla en un conjuro
onomástico-o-onanísmico perjurio
arcana savia de lo terrestre
in-vocación de criminales y de sabios

 

Bruñir esta espada en la mortaja
cimbrea la hoja en tus pie(l)agos traslúcidos
moler la espiga en los molinos o atizar 
de la pálida luz cautiva, la brasa de muerte

Me has coronado mi reina sobre un trono de sal
en espinas y el titulo de señor, rey fenecido
al traerte el dolor después callamos y soñamosnos
hablar sobre el silencio clausurado

Abre tus puertas: 
al hidalgo renacido
en el lecho disuelto de los campos
tras los insecto devorándose en la muerte
por los Jueves; prefiero morir contigo