Julián Riveira Dosártes

Oda al loroco

 

¡Oh, loroco de mi rica tierra canela!

¡Ay, rosa de la estirpe cuscatleca!

¡Tu aroma es tan profundo como el río Lempa!

¡Ay! Dentro de tus blandas venas,

la pura Esencia penetrada llevas

para desmentir los mitos

de las quejas.

 

¡Oh, loroco querido!

¡Oh, flor Omega eres fruto

de las manos tibias y morenas

que día a día rompen un sinfín

de fronteras para salir adelante

a saborear tus riquezas y tu belleza

descargas entre enchiladas, pastelitos,

panes rellenos, cuajada y queso!

 

¡Ay, loroco de mi vida!

¡Eres mi vivir y mi estruendo!

Te puedo comer todos los días

Mas de ti: ¡nunca me aborrezco!

Pues... ¿quién soy yo sin ti?

Es más, ¿de dónde vengo?

 

¡Oh, loroco fino y hermoso

que adornas el casamiento

con tu aroma de ninfa,

con tus aguas de cielo!

Dime: ¿quién soy yo sin ti?

¿qué es lo que pienso?