Almo Francesco

CompaƱero Neruda.

De parral tus dedos, tus manos,
tus venas.

La tinta de tus letras es un ferrocarril
de cabellera hirsuta que recorre los tormentosos
rieles de Temuco.

Voz cansada del silencio,
amante robusto y pausado,
descansa el mar en tu boca,
como si las olas estuvieran dormidas,
como si a lo largo de su plata salada
recorrieran naufragados tus ojos.
Oh compañero y poeta, poeta y compañero.

Capa invernal, delgada
era tu pluma en Santiago,
hambrientas y pensionadas eran las calles
de tus huesos, y ahora, ahora lejano,
lo tienes todo y no tienes nada,
¡oh poeta!, ¡lo tienes todo y no tienes nada!

Deja sonora mi garganta si aún
vives en los mares crepusculares:
soy un norte y un sur y pescados
y puerto.
Soy Añañucas silvestres.

Isla negra, poeta cansado,
recorren tus versos
y de olas y besos una erguida voz decae
en los litorales plateados de silencio:
de la arena una mariposa blanca en tu boca:
de tu boca una caracola de versos.

Tango erguido y viudo resucitado.
Compañero de llama roja.
Boina de un solo pelo.
Cónsul de las aves.
Coleccionista de las bocas:
bebe y nutre mi patria con una sola
gota de sangre.
En la mesa un silencio estremecido.