Aún conservo de ti
un recuerdo profundo y claro,
el sabor de tu piel,
el aroma de tu pelo mojado,
tu sonrisa angelical,
tu mohín desenfadado
y este viejo corazón
que te había entregado.
Aún conservo de ti
todo aquello que ya no eres,
las cosas que te dejaste,
aquellas que ya no quieres,
nuestras cálidas noches,
nuestros dulces amaneceres,
nuestras largas charlas
en los bellos atardeceres.
Aún conservo de ti
tus promesas incumplidas,
tantas palabras de amor
dichas en noches perdidas,
vestigios de esa gran pasión
que vivimos a escondidas
y alguna vieja canción
que aún escarba en mis heridas.
Dime, ¿Acaso no te cansas
de ser sólo un recuerdo?