Eduardo Escalante Gomez

Los miserables asomaron la nariz

no son del tipo que atan sus

alas. el último acto de sus

vidas, es llenar el cielo

de hongos de dolor a lo Pollack, desde temprano

ensayan, bajo focos sombríos como,

acechar en la oscuridad. un sonido

fuerte tritura mi cabeza trayendo

un estremecimiento de algo inexplicable