Elena Mateos

Perdidos.

Perdámonos en la inmensidad de las sábanas.
Ahoguémonos en los granos del café de una mañana en la que no amanezca.
Hundámonos en un reloj de arena, que nos cubra el tiempo y podamos escapar con él a lugares que no existen.
Que nos busquen, si se atreven, en el reflejo de la luna de una noche etérea.
Entre los abrazos de gente que nunca hemos conocido o en ciudades que nunca se nos ocurriría visitar.
Que rastreen con lupa nuestras huellas en un desierto que no hemos pisado.
Fundámonos con la hierba en una pradera y que nos camufle nuestra respiración al compás del baile entre el viento y las briznas.
Escalemos el Everest, toquemos el cielo y bajemos veloces, que luego él querrá tocarnos.
Y no se lo pongamos fácil, busquemos una cueva que nos lleve al otro lado del mundo donde el cielo esté ciego, que las nubes nos guardarán el secreto.
Viajemos a las estrellas, acampemos en la que más nos guste y observemos cómo alguien se vuelve loco por nuestra ausencia.
Y cuando ya se hayan olvidado de nosotros, cuando ya nadie nos busque, salgamos de nuestro escondite, del que nunca nos fuimos, de nuestros sueños.

 

\"Mis reflexiones de sofá\"