Marah

Mo hay preocupaciĆ³n

Amor, no te preocupes por el vulgo

que siempre en sus poesías se equivocan

e inyectan la cicuta en la memoria.

¡Aparta de tu boca ese viduño!

 

Amor, que no te azote el inframundo,

ahora que alcanzamos la bellota

de un césped donde crecen amapolas.

¡Yo quiero que por siempre estemos juntos!

 

Nuestro hogar es fortín de juramentos:

en celdas del amor  no existen sierpes,

candados, ciparisos, calvatruenos…

 

Aunque luego destrozan nuestras pieles,

mas vibran los abrazos y los besos

y somos el modelo de la gente.