Leonor Cuevas Martín

Madurez temprana

Nací entre olivos y jaras

una mañana de agosto.

Madrugé en mi primer día,

primero entre muchos otros.

Desde apañar aceitunas,

higos, piedras o carbón,

hasta rodar por los cerros,

si daba algún resbalón.

Desde la escuela hasta el campo

entre letras y olivares

se desarrolló mi vida;

de mi historia forma parte.

Conocí esa realidad

y la palpé desde niña,

cada juguete comprado

lo traducía en olivas.

Cuántos kilos vale este,

cuántos otros, aquel libro

así aprendí el valor

del lápiz con el que escribo.

Nunca se valora algo

si sudor no te costó

cuando el trabajo es de otros

todo cambia de valor.

La vida no es todo risas

pues tiene tiempos amargos,

el pan no brota del aire

y es muy bueno recordarlo.

Mientras más tarde lo aprendas

más sufrirás de mayor

el tiempo te dará cuenta

si viviste en un error.

La ignorancia es atrevida

mejor gastar y vivir

que para el día de mañana

quién sabe si estaré aquí.

Ay, de ti si es lo que piensas

y si mañana, sí estás

igual por alguna esquina

pidiendo te encontrarás.