Ramón Olivares

GRETEL

 

 

Un lápiz que se arrastra

en un papel sin sentido

una idea triste que palpita

y solloza tu partida.

 

Aquellos ojos que miré en tú vida

se tornan engranes sutiles

de un latido constante para sonreír

en el vacío de la noche fría.

 

Tus sonidos entrañables

que llenaron mis instantes,

abruptamente exaltado  por tú llanto

¡Corrí! para abrazarte y postrarte

en mi pecho para que sintieras

mi calor, mi ternura.

 

Noches que aún estando frías

tus pequeños sonidos guturales

me inquietaba el alma,

por no entender, si me llamabas

o eran tus lamentos ahogados en tu alma.

 

¿Acaso sabias que me abandonarías?

tus cosquillas en mis dedos

tu mirada interrogante

y aún en tus últimos instantes

te aferraste a mi mano y lloraste,

me viste un instante, después te fuiste

me dejaste impávido en medio de aquel tráfico

en que corríamos para salvarte.

 

Te fuiste “cosita mía “,

en tu sepulcro, deposite una flor en tu pecho,

y después de la oración y sepulcral silencio,

en mi oído parecieron vibrar

una vez másese sonido gutural

que estremecía el alma,

le pido al universo y a la tierra misma

te abrace tiernamente, como lo hacía yo.

 

Del Poemario \"Confesiones al Viento\"