Samuel Santana

La tierra de donde soy

I

¿Qué tierra es esta donde he nacido?

Cada obrero es piedra pisada,

golpeada por las botas despiadadas que cruzan sobre el vientre y que queman las entrañas transidas.

El futuro de la desgracia corre como humo en los desfiladeros de las noches oscuras.

 

II

Los ojos desesperados de los niños sin alegría miran el castigo de los cuerpos enfermos y

de las manos de arrugas sometidas al temblor.

Alguien que esperaba en las calles fue agredido por la indiferencia y dejado ensangrentado sin pan,

sin abrigo, sin cura, sin paz, sin esperanza…

 

III

Muchas veces intenté escapar por los intersticios del viento pero  manos crueles me apresaron y,

con ímpetu metálico,

me arrastraron al despeñadero oscuro donde,

solo, y con lágrimas salobres,

fui perdiendo el aliento,

muriendo poco a poco en mi angustia y

desesperación.

El torbellino del odio y de

la ambición azotan como escorpión  y

como mordiente serpiente en el ardiente desierto.

 

IV

¿Dónde está el hermano, el amigo, el guía?

Son los cuerpos como bocas de leones que se despedazan por el pescado, el pan, la presa.

Ganan los fuertes, habitando artesonadamente y resguardados por los guardas deshilachados.  

La tierra pare sus racimos pero los dientes de araña los destruyen arrinconando a los pequeños a vivir

sin paja, sin maíz, sin arroz, sin aceite, sedientos,

sin aire y sin mañana.

 

V

¿Qué tierra es esta donde he nacido?

Tiene mar, montañas, ríos, metales, árboles, aves,

flores pero se vive como hijo que no tuvo madre, seno en que amamantar ni piel en que calentarse.

¿Qué tierra es esta donde he nacido?

Hay casas, trabajo, médicos, sueños, cielo,

campos y estrellas pero no son míos.