Reyshell Mendez

Impaciente, deseosa de ti..

 Impaciente, espero tu llegada para estar contigo satisfacer tus ansias que son las mías, eres quien da sentido a mi vida. Tal vez, me he convertido en tu adicción. Fantaseo con tu deleite, con tu amor único, tan atrevido, tan perverso, mi amante perfecto.

 ¡Por fin llegas! Cariñosamente me das un cálido beso, susurras en mi oído. Déjame mirarte despacio, poco a poco, recorriendo tus secretos y disfrutando de tu silencio, déjame admirarte mientras te deseo.

 Me tomas entre tus brazos, me empiezas a acariciar y besar con un fuerte frenesí, siento tus ágiles e inquietos dedos que acarician mi rubio cabello, tus manos recorriendo cada palmo, cada centímetro de mi piel, mis poros emiten alaridos de placer, desde los dedos de mis pies, uno o uno tomas y besas, después los tobillos torneados que tanto te gusta, tus manos los bordearon de un lado al otro, luego, mis piernas, que tanto te enloquecen, de un salto pasas al vientre, dejando atrás, mi jardín mágico, reservado para el momento de clímax total, todo perfecto, en un respiro vuelves a tomarme entre tus brazos, me dices: “puedo sentir, tus senos maravillosos, parecen dos armas mortales a punto de hacer erupción”. Ellos piden a gritos, tus besos.

Con la punta de tus dedos los tocas, los besas con locura, mientras mis gemidos acelerados son intensificados, mientras alzas mi silueta enciendes el fuego con tanta fruición.

Empiezo a sentirme más acelerada, al oír tu respiración, una agradable agitación crece en mi interior, dando libertad a mi ser, ardo de placer al sentir cuánto me deseas, cuanta sed de mi tenías. En medio de juegos se desata el derroche de la lujuria, no pasa mucho tiempo antes de que lance un agudo grito de excitación, anunciándome que mi piel esta lista, músculos crispados, corazones trastornados, por un solo deseo, inconmensurables gozos, orgías  inconfesable, empezamos hacer el amor con la majestuosidad de aquel momento, tú te vuelves loco al sentir mi fluido cálido recorriendo por tus dedos, gozar ese orgasmo matutino que juntos convertimos en delicia de aquellos dioses lujuriosos que saben entregar la eternidad de una entrega plena en un Éxtasis de Amor.

 Se escapan palabras que me fascinan, morbos que forman parte de ti, de mí, de nosotros, de esos momentos únicos donde el desenfreno es el idioma perfecto de cada amante; quedamos atrapados en un placer, saboreando cada palmo con labios húmedos e inquietos.

 Nuestras pieles sudorosas no dejan de tocarse, explorarse amarse, fundiéndose hasta sentirnos satisfechos y luego de un suspiro de felicidad sentimos que hemos alcanzado el mismo cielo, susurras con voz calmada: “¡Quiero seguir amándote todos los días, llenarte de mí, y dejar en mis labios, por siempre el sabor a ti!” Me siento plena, feliz de que aún sigo siendo tu amada… ¡Tú eres mi suspiro eterno en cada madrugada, yo tu eterna compañera que desnuda para ti te ofrenda su alma enamorada!.. ! Reyshell Mendez