Rafael Escobar

\"SIN MURALLAS\"

 

Me fui acercando a su silla
observando su mirada
como brillantes estrellas
sus ojos verde brillaban,
su sonrisa tan divina
era luz de la mañana.


Le dije casi temblando
cuando me encontré con ella,
Quisiera bailar contigo:
¿ Me concedes esta pieza?
De prisa tomó mi mano
sin temores ni cautela.


El mundo se vino encima
cuando dijo: te esperaba,
te miré meditabundo
con la vista muy cansada,
en tus ojos dormilados
mucha tristeza observaba.


Le dije: Me daba pena
Porque yo ya peino canas,
tu eres un capullo en ciernes,
dulce flor de la alborada
que sus pétalos despunta
con mágica y tierna gracia.


Ella posee en su boca
de la fuente la frescura,
lo radiante del jardín
cuando el rocío lo inunda,
y su aliento tiene efluvio
de la dalia blanca y pura.


De los pies a la cabeza
se me inflamaron las venas
cuando con mucho cuidado
sentí su figura esbelta
que a mi cuerpo se pegaba,
en mi numen de poeta
como lluvia torrencial
nacieron miles de ideas.


Llevando el ansia prendida
nos salimos de la fiesta
los deseos se fundieron
sobre la yerba tan fresca
y juro que nunca tuve
otra noche tan intensa.


Que delirio en sus palabras
que fuego había en su beso
palpitaba el corazón
de embeleso todo lleno
sus gemidos armoniosos
eran arpegios del cielo.


Observabamos la luna
con su radiante reflejo
y sus rayos apacibles
cubrían a nuestros cuerpos,
dibujándolos henchidos
de pasión y de deseo.


La gente a los pocos días
empezó sus comentarios,
que destruía su futuro
que duplicaba sus años,
tan solo por gran lujuria
con propósitos insanos.


Si damos amor profundo
no importa se peinen canas,
el va plagado de ensueños
que viven dentro del alma
y brotan como los lirios
con su frescura temprana.


No se le pone frontera
al sentimiento sincero,
y no podrán requerir
la edad del que está queriendo,
el nace muy de repente
como la brisa de invierno
y nunca deben privarle
De que siga floreciendo.!!


Autor: Aníbal Rodríguez