angelillo201

Tres Perros Magos.

 

El sol que se posa doliente
sobre la casa de Oriente
donde descansan
Uno, dos y tres,
los tres perros magos.
Se inclinan sobre el heno,
de la casa de su señor,
que de este modo,
los reconoce.
“ Tú eres Gaspar,
Tu verdadero estrella está por llegar.
En un hogar burgués,
estuviste tres horas,
hace ya,
un vuelta completa al Sol.
Así escribí tu historia
el 19 de Abril del año 2015”


El salto de la reja de colmillo lácteo.
Subtitulado amar = devolver.

En vano me esforzaba entre los chillidos, la música y las voces de la feria de los pueblos de la Sierra de Espadan, que se celebraba en la localidad de Alfondeguilla, en esconder mis lágrimas a la vista de la gente con cuatro de los diez cachorros de una camada que ofrecía en adopción , y había llevado metidos dentro de en un cajón de naranjas con una mantita donde se movían los cachorros asustados por el sonidos de las voces y la música del evento.
Los cachorros dormían en el lecho de su fondo intranquilos,agotados, siendo levantados constantemente por los niños que los mecían cómo luciérnagas atrapadas por sus dedos en el aire. Ellos quietos, con sus boquitas muy cerradas, menos por un pequeño agujero redondito con la forma del canuto de un botijo a modo de mueca triste y seca entre los labios, dándoles una expresión de difuntos, las patas extendidas religiosamente rígidas, a modo de suplica primitiva, y la mirada azul intensa de husky temblorosa dirigida hacia mi que la apartaba y me hacia recordarlos en el jardín silencioso de mi casa, al que llegaban tras saltar la reja y lo animaban con su curiosidad infantil, persiguiendo los saltamontes, metiéndose entre la salvia, bajo las acelgas espigadas, persiguiendo las lagartijas que se ocultaban entre las tomateras.

Una niña seguida de su madre que tocaba a los perros me sacó de mi ensimismamiento.
me dijo que quería a colmillo lácteo.
Y tuvo que ser así, porqué el mundo es un lugar así.
dicen los que saben del mundo que hay superpoblación de todo: de personas, de animales, de plantas, de vida.
Y se supone que yo soy una persona adulta, y por eso se supone se que no puedo tener 13 perros en casa, y se supone que no puedo vivir sin trabajar cómo vivo desde hace años.
Así que allí hacia lo que tenía que hacer, lo que había ido a hacer, buscar un hogar a los cachorros, lo más sensato, lo más racional, lo más humano y lo mejor para todos.
Creo sinceramente que es así.
Yo mismo por eso di a colmillo lácteo, y él se fue.
En el cajón había ahora tres cachorros de los cuatro que llevé.

 

Consciente del mundo, intentando huir de esa tumba que son los sentimientos, me entregué a ver el mundo exterior para salir de mi tumba. Resucité viendo los mercaderes cambiando mercancías por dinero, a las muchachas con faldas cortas perseguidas por la mirada de los chicos.
Al cabo de una hora, volvió la señora que se llevó a colmillo lácteo. Lo hacía sola, sin su hija rubia con coletas y un lazo rojo en el pelo.
-Toma - me dijo seca y estirada, echándome encima al cachorro- te lo devuelvo. No lo quiero, pues no hace más que llorar desconsolado e intentar saltar la reja del jardín.
Y lo dejó en el cajón sin que yo le dijera nada de tan incrédulo que estaba ante tamaña falta de sensibilidad habiendo sido madre.
Me restituía lo que era mío y ofrecí como un don sagrado.
Volvía a dejar la ofrenda de donde la sacó sin ningún tipo de contemplación.
Le molestaban los sentimientos del animal.
la niña no estaba, imaginé que la niña seguramente estaría llorando en su cuarto.
Pensé:

«espero que no le moleste que llore su hija , porque ésta arpía la tira de casa”
Colmillo lácteo se acurrucó entre sus hermanos, buceó entre sus cuerpos hasta el fondo del cajón buscando acomodo. Todos estaba muy unidos , y a la vez hundidos en el cajón. Unos sobre otros hechos una rueda que volvía a casa atemorizada. Ninguno de ellos osaba moverse un milímetro de su posición, ni alzar la mirada fuera del cajón. Comprobé que tenían los ojos cerrados con mucha fuerza para no ver el mundo que les rodeaba. A colmillo lácteo lo reconocí por su lomo jaspeado blanco y marrón temblando de pavor.
Yo levanté el cajón de naranjas con los cuatro animales dentro y me los puse al hombro, sin poder aguantar ese ambiente de mercado venta y compra.
atravesando toda la plaza de Alfondeguilla cargado, caminaba casi llorando, muy entristecido por los sentimientos que sembraban mi pensamiento. Tal cosa me producía un estado de somnolencia y abatimiento. No llamé por teléfono a mi amiga María que me trajo con su coche a Alfondeguilla para que no se riera del estado en que estaba. Deseaba volver andando con los cachorros a cuesta a modo de penitencia por los propio de mis exagerados sentimientos. El camino lo emprendí por el cauce del barranco. Sobre una pequeña senda no mucho más ancha que dos pies por donde discurría una tubería cementada que bajaba las aguas residuales de alfondeguilla a la depurada de Vall d´Uixó.


El calor, el sudor, el peso de los cachorros, y el hecho nada habitual de no haber comido nada desde el día anterior, me hicieron detenerme a descansar bajo la sombra de un algarrobo que surgía de entre los zarzales al camino, y que me sirvió para reponer fuerzas con la respiración. Por encima de nuestras cabezas pasaban los coches por la carretera. Al tomar tierra el cajón de naranjas , salieron los cachorros que empezaron a explorar el mundo de alrededor de la garrofera. Tenían ante sí la vegetación de barranco. Pequeñas matas de tomillo de moradas hojas muy olorosas;verdes y espinosas esparragueras, madreselvas, zarzales, espinos, y arena con grava de las crecidas del barranco, amontonada junto la rivera llenas de cañas ennegrecidas entre las piedras. Respiré con alivio y satisfacción. Reí. Levante los dos palmos de tamaño y del peso de una lechuga del cachorro colmillo lácteo y lo arrimé hasta mi pecho. Allí durmió tranquilo, agotado. Los coches seguían pasando por encima de nuestras cabezas. Frente a nosotros , cuando me sitúe contemplé la belleza del paraje escarpado sobre el barranco de las peñas de los enamorados. Peñas con leyenda local. El olor naturaleza de un barranco habitualmente seco, cuya fragancia húmeda y vaporosa penetró en todos nosotros tras las últimas lluvias. Los cúmulos de hierbas arrastrada empezaban a rebrotar con fuerza después de ser arrancadas por la última riada.
Guardé los cachorros en el cajón al recobrar el aliento. Seguí caminando cómo en una procesión, llevando a cuestas a los pequeños mártires .
Al abrir la reja de casa salió la madre y sus hermanos a protegernos.
Y colmillo lácteo empezó a correr de un lado a otro de la casa feliz.

 

 

Los tres perros magos.

“Tú eres Melchor,
el de un ojo de cada color.
Has conocido
durante tres semanas
el incienso y la mirra,
llamado comida en abundancia.
Hasta que sonó la trompeta.
Y un ángel a la casa de oriente
te trajo de vuelta
como una rueda que rueda.
Escribí tu historia,
llena de alas,
como las tienen,
las gentes de las protectoras.
Así titule tu relato
el 15 de Mayo del 2015

Marilyn- Mydei “

 

 

 

 

 

 

 

 

Marilyn- Mydei

A continuación tras poner fotos de mis cachorros en una protectora con el fin de que los adopten, me he encontrado el siguiente mensaje. Por motivos éticos no diré de que protectora se trata, basta decir que tiene nombre de socorro . Que el nombre les va bien, pues me parecen que necesitan ayuda de verdad. Dejo el mensaje de Carmen, tal y cómo lo he recibido en mi cuenta de facebook.
Lo hago para que juzguéis como piensan los de su clase social, y los prejuicios que les acompañan.

Buenos días, Angel. Soy Carmen, del Socorro Canino de Sagunto.
Me estoy dando cuenta de que crees que con poner a los peques en el facebook de una protectora, te van a salir adoptantes para ellos y nada más lejos de la realidad.
Si fuera así nosotros no tendríamos aquí los más de ciento veinte perros que tenemos en adopción.
Para que puedas encontrarles familia, tienes que moverte tú también.
Has de buscar páginas de adopción de mascotas, de otros refugios, de anuncios gratuitos (hay cientos de ellas) y colgar en todas anuncios de tus pequeños.
Así irán viéndolas y te llamarán.
Suerte

contestación
tienes una gran psicología, has dado en el clavo Carmen. te he dedicado un poema, espero que te guste.
Marilyn- Mydei

 

Dentro de sus creencias,
está vuestra mirada vagabunda,
vuestro fin lastimoso,
lo grotesco de nuestra vida.
llenos de mierda en casa,
sucios y hambrientos.
Castigo a nuestra desidia,
a nuestra despreocupación,
nuestro gusto por la corrupción de nuestra carne.
Posad cachorros míos.
Posad que os vean más bonitos de lo que sois en facebook ,
para que las mentes rebosantes de amor no se hieran.
Reír, reír al orgullo de la inteligencia.
De la gran psicología humanitaria.
A esta gente maravillosa de los protectoras de animales.
Con los dientes abiertos,
iremos al infierno.
Para que piensen tranquilos,
pisando nuestros risueños cadáveres hamletianos:
Es que no se preocuparon por nada.
Así es el mundo cachorros míos.


os dejo con la respuesta de carmen que me acaba de dar, vuelve hacer gala de compresión, paciencia y grande dotes humanitarias y psicologicas. :
Menos mal que ellos no te comprenden y pueden mantener puros sus sentimientos y, sobre todo, sus esperanzas.
La cosa es encontrar el lugar de cada uno y acertar con la calidad de las personas que se los llevan.
Suerte y gracias

 

 

Tres perros magos.
“ Tú eres Baltasar
el que fue llevado al portal de la Moleta.
Vistes al David, al Josele, y al Pirri
meciditos en su cuna.
Y antes de abrir mi casa,
después de acompañarte,
para que fueras fiel compañero de estos príncipes;
ya estabas en la calle de vuelta
sin el collar nuevo que te había comprado.

Vosotros sois tres perros magos encerrados.
El tiempo y este sitio es vuestro enemigo.
Ojalá caiga un cometa venido de Oriente
en este lugar.
Y ahora que estamos reunidos
os contaré la historia cercana y sentida
de San Agustina mastina,
martirio animal tras la reja.
Así fue escrita el 4 de mayo del año 2015.


San Agustina mastina.

Agustina era una enorme mastina blanca española que había sido robada de un hogar obrero una noche de mayo a punto de parir , y llevada a un cochambroso corral del pueblo de Valleperro. De eso habían pasado dos días , y contemplaba el animal un corral consistente en cuatro paredes abierto al cielo, a excepción de un pequeño techo de uralita sobre una esquina que solo cubría 10 metros cuadrados de los 120 metros del desolado lugar edificado con ladrillo de panal. Éste corral , como tantos de la localidad , era portavoz arquitectónico de la miseria del sitio. El corral que había sido ocupado tras sus propietarios haber sido desahuciados, era utilizado por los nuevos inquilinos, tanto como deposito de chatarra, recogida en ocasiones con autorización, robada en otras; así como de granja donde la fauna habitual de un corral: patos, ovejas, cerdos.... vivían como un indigentes humanos, entre cartones, bidones de aceite, jeringuillas, aspiradoras rotas, ladrillos de obra, baterías, vigas de acero, silicona, pegamento… en vez de entre avena y paja. El corral poseía su cabra , sus ovejas, sus tres cerditos vietnamitas orgullo de sus propietarios y una docena de perros atados. Patos, y gallinas los había enjaulados en estanterías de aluminio junto amortiguadores, faros de camión, cañas de pescar, y hasta un vestido de novia con leyenda que esperaban vender. Se decía que lo llevó una novia ante el altar que en el último momento dijo no, y se hizo lesbiana. Hoy ese traje maldito estaba empolvado buscando novia. De baúles de madera medio podridos, como los de la isla del tesoro, los había echados por el corral entre hormigoneras raídas de oxido, cafeteras, sartenes, cacerolas, parrillas; asomaban a modo de estandartes piratas ropa vieja pasada de moda. Una docena de perros abandonados dispersos por aquí y por allá , se encontraban en un estado lamentable atados a enormes piezas de chatarra cómo chasis de coches, motores de camiones, lavadoras, incluso una barca de recreo. A estas bestias les aguarda un destino incierto. Los perros abandonados sin raza ni valor de mercado. Los de raza serían puestos en mil anuncios y en las redes sociales como facebook a precios más bajos que los de las pajarerias, con algún reclamo gracioso y con fotos sobre el césped del animal en venta. Agustina llevaba 48 horas en el mismo rincón del corral atada con una cadena al motor de un viejo Opel Kadet. La habían llevado hacia dos días unas personas tras secuestrarla de la humilde casa de un sindicalistas de Camisones Obreras de la sección femenina de ferrocarriles de Chuchón de la Plana. Agustina estaba agotada la segunda tarde de su secuestro. Era una noche luminosa y calurosa de principios de Mayo. Su enorme loco blanco arqueado parecía un fuelle tumbada con la lengua fuera tras esfuerzo que acababa de hacer de parir. Su cuerpo se deshincho, y se sentía desencajada. A lo que se sumaba su desagradable situación psicológica de desconcierto por la circunstancia que le había cambiado en unas horas su vida: de estar en su casa, a ese lugar infernal. Intentó moverse para defecar, pero apenas podía al estar atada con una cadena. Así que tuvo que echar todo muy cerca de donde estaba. El olor era insufrible. Junto a ella había 8 hermosos mastines mezclados con otra raza. Tenían sus ojitos cerrados, y palpitaban sus boquitas buscando sus pezones tirados en el suelo lleno de inmundicia.
Los animales del corral miraban con ternura la escena bajo la luna que apuntaba con sus cuernos invertidos ese lugar de miseria. Sentían mucho la situación de Agustina, y más sabiendo, al ser contado por ella al resto de animales cómo había llegado, tras ser secuestrada de un hogar agradable y confortable. Algún caprichoso debió de hacer un encargo de un mastín español, un animal escaso en valleperro y por eso valioso. Los secuestradores debieron ver a Agustina, y pensaron de forma inmediata en robarla dándoles igual su estado. Pariría, y si los perros fueran por casualidad de raza, el negocio sería redondo. De lo contrario , se podría sacar dinero también para sparring en las peleas. Los animales de ese corral de valleperro estaban en silencio experimentando un profundo dolor existencial al ver cómo algo tan sagrado como la vida era tratado de forma tan brutal por un tipo de hombre cuando su conciencia no estaba bien desarrollada por culpa de las circunstancias. No era mala gente lo malo era “ La circunstancia” de valleperro: desempleo, el poder de la cultura dominante que ejercía violencia sobre animales y personas. Circunstancia que los jueces, la policía, sus vecinos, las protectoras de animales, el ayuntamiento del lugar se esforzaba en mantener para que esos hombres tuvieran una representación del mundo como un lugar de castas, donde hasta su propio Dios era sacrificado en una cruz. La naturaleza, no obstante, por encima de la circunstancia de los propios hombres seguía confiada en que el ser humano era la única criatura que sería capaz de elevar su conciencia por encima de todas las circunstancias. Por ello, los animales del corral ofrecían una resistencia pasiva. Bajaban la cabeza ofreciéndola para el sacrificio cómo semillas de un mañana mejor para animales, plantas y hombres.
Agustina daba de mamar a sus cachorros cuando entre risas, completamente borrachos entraron los dos hombres que la secuestraron. Con sus ojos un poco bizcos y del color de la miel observó a uno de ellos. Se trataba de un hombre de mediana edad vestido con unos vaqueros azules llenos de manchas, y un jersey de colores chillones rojos y amarillos. El otro se trataba de un gordo parecido a Sancho Panza de color oliváceo.
Ambos eran poco corpulentos, sus caras eran morenas, enjutas, con los pómulos huesudos salidos. Olían a alcohol y sudor. Agustina sintió un profundo terror al verlos, intuyó que querían quitarle los cachorros. Los hombres estaban tan borrachos que no se enteraron de que había parido. Daban tumbos por el corral sin saber que habían ido a hacer, quizás querían hacer pagar a los animales su rabia porque les acaban de tirar a empujones de una discoteca de maricones. Se acercaron a las estanterías donde estaban los patos. El sujeto de los tatuajes al verlos empezó a reírse cómo un loco. Metió la cabeza en la jaula de los patos que sorprendidos gritaron aterrorizados. varios perros se orinaron encima al ver a los hombres en ese estado.
Cuak, cuak, cuak- empezó a chillar con la cabeza dentro de la jaula y moviendo el culo cómo si fuera un pato mientras su amigo que veía eso no paraba de reír y hacer también cuak, cuak, cuak. bailando moviendo el culo y andando por el corral cómo un pato.
Los patos con el pico desencajado, sin apenas poder moverse huían hacia las esquinas de las jaulas tropezando con otros animales sin apenas poder moverse y con el corazón a punto de pararse.
Jaaaaa- reía mostrando su boca negra al beber vino. Su boca estaba ennegrecida como el licor al faltarle varios dientes el hombre del jersey con la bandera de España. De la comisura de sus labios caía el venenoso liquido. Sus ojos vidriosos miraban como su compañero empezaba a pegar manotazos a los patos, y les lanzaba estúpidamente los huevos que los pobres animales habían puesto con mucho esfuerzo. La jaula se llenó de huevos rotos que se pegaba entre los excrementos y plumas de los patos y gallinas.
Agustina se levantó y tiro con fuerza de su cadena ladrando.
El hombre del polo fue hacia ella tras agarrar un hierro que blandió sobre el animal mirando confuso a los cachorros.
Josele, josel…, creo ver cachorros- comentó a su amigo.

 

Intentó coger a uno de ellos, sintiendo de súbito y sorprendido, el empujón de la enorme pata de Agustina que había roto la cadena sobre su pecho.
El hombre dio con el suelo de bruces sintiendo el aliento de Agustina cuyos diente chirriaban a un palmo de su nariz.
Josele, josele- llamó llorando a su compañero.
Este, que escuchó las suplicas de su amigo sacó la cabeza de la jaula de los patos y se quedó observando la escena asombrado de cómo la mastina aplastaba con su pata a su socio. Buscó por el suelo algo con que golpear al animal. Entre cartones, papeles… la mano asió una pala, y dando traspiés le lanzó un palazo en el lomo a la perra que se encogió dando un salto de un metro de distancia, haciendo que el hombre pudiera respirar.
Te lo tienes bien merecido bestia, por haberle hecho eso a Juanito- le dijo sarcástico Josele pensando que ya estaba todo concluido. No se esperaba que Agustina se lanzara sobre su mano destrozándola de un bocado.
Juanito aprovechó que no tenía el animal encima para ponerse en pie y recoger la pala.
El escándalo que siguió en el corral fue tan grande que varias luces de las casetas vecinas se encendieron. Los oídos y los ojos de gente de Valleperro que vivían en casetas dispersas de alrededor, miraron hacia el corral ,y se rieron mentalmente pensando en las desgracias :
menuda tajada deben llevar el Juanito mataperros y el Josele robamecheros.
Los chillidos de los animales fueron ensordecedores, especialmente los de Agustina, a la que estaba linchando con una pala y con una cadena de moto ambos hombres presas de un arrebato de violencia extraordinario. Los vecinos, acostumbrados a presenciar palizas a los animales no le dieron mayor importancia. Al fin y al cabo estas gentes deben desahogarse.. Así que cerraron las ventanas yéndose a dormir plácidamente. Al cabo de un cuarto de hora de lucha de la mastina contra los hombres , sonó un aullido sobrecogedor Agustina acaba de ser reducida. Colocaron una gruesa cadena sobre su enorme cuello sobre sus propios cachorros. Sin ningún tipo de contemplaciones Juanito, con la pala consiguió cortarle la pata delantera de cuatro duros golpes con el canto de la pala. Una vez realizó la dolorosa operación se la le tiro al Josele, que se reía con su mano destrozada y llena de sangre triturada por los colmillos de Agustina, pero contento con el triunfo de la pata cortada del mastín, que enterró como venganza delante de la puerta del corral.
Amaneció con Agustina con la pata amputada y moribunda cubriendo sus cachorros que trataban de mamar mientras le metían entre sus fríos pezones sus hocicos, gemían hambrientos entre la sangre que formaba un ligero torrente rojo por la tierra contaminada, polvorienta y amarilla del corral. Los primeros rayos del sol pasaron el muro e iluminaba esa escena mientras el resto del grasiento y sucio lugar permanecía en la sombra. La puerta del corral se había quedado entre abierta al salir los dos hombres agotados y presa de una extraña agitación nerviosa tras cortar la pata a Agustina. Salieron a enterrar la pata delante de todas las bestias.
Nada de esto hubiera salido del lugar. Si esa mañana uno de esos perros, destinados a los negocios de estos personajes, un cruce de pastor alemán con husky, llamado Colmillo lácteo que fue adoptado de un anuncio de facebook, de una persona que lo dio de buena Fe, no hubiera conseguido escapar del corral.
En estado de shock huyó de allí .Sin saber el porqué antes de escapar olió a las crías de Agustina que se arremolinaban sobre el cadáver de su madre que acaba de morir.

Desde que salió de ese corral, Colmillo lácteo, vagó como un gitano errante por todos los rincones de valleperro, huyendo siempre de la presencia humana e incluso de otros animales. EL termino de valleperro estaba tan esquilmando de caza , y su naturaleza a lo largo de los siglos había sido tan destruida , y finalmente invadida en los últimos años de una plaga de cactus, que era imposible para un perro sobrevivir de forma natural. Se veía obligado Colmillo lácteo, al igual que muchas personas de valleperro, a comer de la basura. Así fue cómo la policía local al cabo de tres años de la huida del corral, lo descubrió en un basurero comiendo carroña. Fue enviado a la perrera municipal que estaba en el pueblo de Perro- Real.
Llegó Colmillo lácteo a la perrera de Perro- Real en silencio, esperando morir, pues por su aspecto de indigente y tener tres años de edad sabía que nadie lo adoptaría, ni lo deseaba. El director del centro canino, que estudiaba psicología por la Uned, le dio dos semanas de plazo nada más verlo. Paso un milagro en el último día de vida de colmillo lácteo. Llegó al centro un mastín de tres años llamado Desconocido, que no sabía nada del mundo, pues siempre había estado en un corral encerrado. Lo pusieron junto a Colmillo lácteo, cuyo olor cuando le olfateo el culo a Desconocido le era familiar.
Y esto es lo que le dijo antes de su muerte:


Quiero contarte algo hermano, pronto moriré. Esto que te voy a decir lo debes proclamar. Parece una oración, a modo de salvación del espiritual los canes de este país. Hubo hace años, donde yo vivía, que una perra llamada Agustina mastina, que le quería quitar su camada, y por lo que fue torturada amputándole una pata por haber mordido a un humano. ( mirando con pena la mastín) una camada de mastines cómo tú amigo. Murió desangrada junto sus crías, no se que fue de su camada, si sobrevivieron a aquello, o murieron de hambre. Yo aproveche que la puerta del corral estaba abierta para huir. Lo conseguí maniobrando con mi cuello y mi piel. Así me quite el collar, ¿ ves? aún llevo las marcas de cómo me desoye para escapar. Quiero divulgar la doctrina del amor hacia los cachorros que tuvo esta mastina, y el desprecio hacia la criatura humana que vive de espaldas a la naturaleza y al amor. Hay muchas bestias que son separadas de su hogar por ellos. No hay esperanza en el hombre. El hombre debe extinguirse.
En ese instante de su discurso, le preguntó Desconocido, al mastín que estaba conmocionado al escuchar la historia.
¿ Tú llegaste a conocer a tu madre?
No- respondió el mastín, pero una tórtola me contó algo de que mi madre nos quería mucho, y luchó por nosotros.
Bajó la cabeza Desconocido con lágrimas en los ojos abatido por sus recuerdos antes de seguir hablando.
Yo no quise creerlo. Pensé que mama nos abandonó. Salió contra las normas del corral donde siempre habíamos estado, y murió por eso. Eso creía Yo. Pues el corral era un sitio seguro del mundo. En el corral, entre nosotros corría el rumor de que tras la puerta solo había dolor y sufrimiento, animales inimaginables como gatos, capaces de devorar a un mastín de un bocado. Por eso nunca quise salir hasta que fui traído aquí cuando el corral fue demolido por un vendaval. No me moví de los ladrillos durante dos días, hasta que me colocaron un bendito lazo y acabé en este corral.

Si consigues salir de aquí- le dijo colmillo lácteo a Desconocido.- guía tu olfato en Valleperro. Busca un lugar paraje conocido como el Bajío del Indio. Allí veras casetas y humanos pobres y miserables que viven como perros. Olfatea detrás de los corrales. La pata de la mastina Agustina debe estar todavía enterrada, su cuerpo es muy posible que también. Haz lo siguiente, saca la pata y muéstrala cómo reliquia al resto de animales para que comprendan el sufrimiento de las bestias. Debemos conmovernos ante nuestro sufrimiento, no debemos dejar que solo una pequeña minoría de hombres sean los portavoces de nuestra conciencia. Cuando lo expliques, los perros miraran al hombre de otra manera, no como su mejor amigo.
La leyenda se escampó por la perrera y toda España e Italia cuando Desconocido fue adoptado por una familia romana que veraneaba en Perro Vieja. Allí Desconocido que pasó a llamarse Fedro contó la historia que le narró colmillo lácteo a todos los perros que conoció, junto con otra que se inventó os contaré después del paseo, también es de perreras y se titula:

La adopción de la perra de Alba, relatos de perreras.


Angelillo de Uixó.