LUIS ADONAY VENEGAS LEYTON

Y la lluvia también fue compañera...

Y la lluvia también fue compañera...

 

Solo una gota de lluvia basta

para mirar por dentro

toda una vida jugando con ella

en las calles del pueblo...

Recordar los rostros mojados

de tanta gente que caminaba

y jugaba conmigo cuando niño

en mi pueblo perdido entre los cerros,

solo sintiendo la brisa

correr entre las plantas...

 

Sentir la brisa que resbala

entre las pequeñas hojas del jardín

que mi madre regaba por las tardes

o escuchar los pasos con premura,

inquietos en torrentes de sonrisas

y gritos de los niños que por la calle pasan 

bulliciosos, rumbo a la escuela,

llenando de colores los espacios míos

de aquellos tiempos

cuando soñaba en solitario,

escuchando el silencio del 

del jardín materno...

 

Ellos son los actores del presente

de la escena cotidiana de esos momentos

de mi vida en sus inicios...

Ese era el brillo de la luz

que se reflejaba en cada gota de lluvia

que coría mejilla abajo de tanto niño

que sentía su descenso 

como caricia del cielo

de ese lejano tiempo

que aun hoy me recuerda

su dulzura de miel de abeja

al tibio tropel de niños 

en juego de amigos...