Me libé los manjares de tu boca carnosa
con sabor exquisito, que parece de miel,
y creo que es la causa, que en forma caprichosa
abejas egoístas se adhieran a mi piel.
La vasija preciada de tu cuerpo divino
me colmaba la vida de pasión parnasiana,
y fuiste como estrella que trajo a mi camino
la luz radiante y bella del sol de la mañana.
Ahora que marchaste, se acaba la alegría,
el sol lo miro triste, con rayo tan sombrío,
las bella margarita, que fue tu algarabía,
su pétalo fulgente lo tiene ya sin brío
Los alegres canarios, se quedaron callados,
y sus trinos preciosos se volvieron pesar
los radiantes trigales, de colores dorados
los vientos inclementes se empeñan en dañar.
Ahora mi desvelo será tan largo y triste
soñando con las horas de tiernos embelesos,
que llena de pasiones mi cuerpo lo cubriste
con tu dulce caricia que colmó mis excesos,
Ahora yo comprendo que todo se termina,
que todo lo que nace, se tiene que morir,
que nada es para siempre, que vida es la neblina
que deja solamente recuerdos por vivir!!
Autor: Aníbal Rodríguez.