Max Hernandez

Mira esas gaviotas....

Mira esas gaviotas, poeta amado, mira como vuelan libres en la inmensidad,

Mira sus siluetas, como se van mezclando con el cielo y con el mar...

Ves? Ves toda esa hermosura en el infinito horizonte sin par,

Ves como las nubes cambian de color ante la presencia del sol?

Y mira las formas indescriptibles. Puedes imaginar todo lo que quieras,

con solo verlas, y admirar los bellos matices que la naturaleza nos da.

 

No te pongas triste poeta, la realidad no solamente es lo que tus ojos ven,

sino también lo que con tu alma y con tu corazón puedas admirar.

Ves las olas? Solo son movimientos del agua, que llega a la arena

de la playa impulsadas por las corrientes y los vientos de altamar.

Pero a tus ojos, es el juego de beso eterno entre la playa y el mar,

Que eternamente enamorados, ni se quedan, ni se van...

 

Ves la luna? Es solamente un astro sin vida que orbita a nuestra tierra,

pero a tus ojos es la Diosa de la noche, la eterna compañera del sol.

Y las estrellas? Son acaso solamente unos astros de fuego y energía,

ubicadas a millones de kilómetros de distancia de nosotros?

Pues no es así, las estrellas son las luciérnagas que al cielo se echaron a volar,

son tus sueños de libertad, son tus anhelos de volar mas allá.

 

Ya ves, poeta? No solamente uses tus ojos para ver la realidad.

El mundo es bello, a pesar de toda su crueldad. La vida es bella,

pero para que puedas vivir, debes con la muerte saber convivir.

Pues siempre habrá un nuevo retoño, que brotará de las cenizas

y de las lágrimas, después de una cruel fatalidad. No es tan malo sufrir,

si después de esto puedes volver a reír y a disfrutar de un amor de verdad.

 

Toma mis manos, te pertenecen. Toma mis labios, te desean.

Toma mis sueños, que son tuyos. Toma mi cuerpo entero, poeta.

Toma mi corazón y mi alma, pues los tuyos conmigo habitan.

Recuerda que hemos sido y seguiremos siendo solamente uno.

En cuerpo y alma. Para siempre. Eternamente.

 

Te miro, y sonrío nuevamente, mi musa eterna.....

Qué bueno es tenerte! Qué dichoso soy yo, por tu sola presencia,

Qué suerte la mía, el habernos encontrado en esta vida,

Más aún, soy un bastardo afortunado, por todo el amor que me das...